De niña, mi madre compró esta mesita que le encantaba. La usaba constantemente y se quedó en casa durante años. Hace poco, se me ocurrió darle una segunda vida.
Fue una sorpresa para mi madre, así que aproveché que estaba en casa de mi tía para ir a trabajar. Cuando llegó a casa y vio el resultado, no podía creer que fuera la misma mesa.
Estaba muy contenta. Fue un verdadero momento de alegría para mí verla tan feliz.
Se me ocurrió esta idea de renovación después de ver un reportaje. Primero, lijé la mesa para eliminar rayones y marcas de barniz. Me llevó una hora, pero la mesa volvió a lucir estupenda.
Luego comencé a modificar la estructura. Corté un trozo de MDF en cuadrados y los pinté de blanco con motivos azules y grises. Cuando la pintura se secó, ensamblé las piezas y luego apliqué barniz para protegerlo todo.
La mesa adquirió un aspecto moderno y el resultado fue bastante bonito. Cuando mi madre llegó a casa y vio la mesa, pensó que había comprado una mesa nueva como la suya. No podía creer que fuera la misma. Tras examinarla detenidamente, finalmente creyó que era su mesa y quedó muy contenta con su nueva versión.